Los efectos secundarios del tratamiento con helicobacter pylori suelen ser leves y pasajeros, como malestar estomacal, náuseas, diarrea, dolor abdominal y acidez. Sin embargo, pueden surgir complicaciones en casos raros. Los efectos secundarios graves pueden incluir alergias, sangrado y, en particular, la aparición de una resistencia a los medicamentos.

Además, algunos pacientes han informado haber sufrido fatiga, mareo y nauseas como efectos secundarios a largo plazo. Esto se debe a que el tratamiento consiste en tomar varias dosis diarias de uno o más antibióticos durante varias semanas, los cuales pueden deprimir el sistema inmunológico general. Otros efectos secundarios menos comunes pueden incluir dolor de cabeza, rigidez, problemas de vista y alucinaciones.

Los efectos secundarios más severos pueden ocurrir sólo en los pacientes con enfermedades subyacentes, como diabetes o SIDA. Se pueden presentar erupciones cutáneas, reacciones alérgicas y desórdenes renales. En casos aún más graves pueden desarrollarse úlceras, sangrado gastrointestinal e infecciones por Candida, que es un tipo de hongos. Si sospechas que la infección por H. pylori ha provocado alguno de estos efectos secundarios, consulta a tu médico.

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